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El hambre emocional sí existe

Charlas y Talleres,Empleabilidad,Nutrición,Psicología

Puede ser por emociones positivas (comer pastel en una fiesta) o negativas (buscar snacks dulces o salados cuando nos sentimos tristes).

Es algo normal, pero se vuelve un problema cuando gestionamos siempre nuestras emociones a través de la comida y no las trabajamos. Las emociones que sentimos se pueden relacionar con las elecciones de comida que hacemos.

El primero paso es identificar la emoción, preguntarnos si realmente tenemos hambre y en qué situación aparece (aburrimiento, estrés, ansiedad, tristeza, enojo, etc.); con esta información podremos tomar acción y buscar otras formas de lidiar con ellas. Eso también es parte del camino para tener hábitos y una vida saludable.

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